Estimado Cartero:
Escribo una vez más, sin consignar dirección, en la confianza, de que mi breve carta acabara en tus manos, y en las de quien tú creas oportuno.
He vuelto a pensar en mi relación con Dios, y debo decirte que soy, un agnóstico, reconvertido en ateo, posiblemente un hereje.
Te voy a hacer una revelación, de la que espero como siempre, tu reflexión.
-Deseo que muera Dios,
no le deseo ningún sufrimiento,
que se muera de viejo,
que se muera de viejo,
que descanse eternamente.
-Que libere nuestras fugaces vidas,
que nos deje ser nosotros.
-Sin razas, sin sexos, sin guerras,
sin hambre, sin miserias…
-Casi como ángeles caídos.
-Quiero que nos devuelva,
el brillo finito del alma.
-Que nos deje vivir y morir,
únicos…diferentes,
en paz…para siempre.
Incluso a los herejes.
Remite: Hereje con Alma.
Siempre busco tu letra entre las cartas perdidas.
ResponderEliminarReconozco tus remites.
Con tu carta entre mis manos,
mi alma se lee en la tuya.
Solo tengo una pregunta.
Si Dios muere...
¿Que le va a sustituir?
Espero con impaciencia,
volver a encontrar tu remite.