Querida mía:
Te escribo tanto que a veces, las letras no me dejan verte, leo tus gestos, tus guiños, tus miradas, tus caricias, tus susurros... emborronados de palabras, como si me faltasen las gafas.
Me distraigo y miro al cielo, y te encuentro, me vuelvo a distraer mirándome en el espejo, y te vuelvo a ver, me duermo y sueño contigo.
Y las tintas se desparraman en un mar de grupas, de bosques, de lunas, de reinas, de diosas.
Sabes que se querer a más de una mujer, yo se cual es la primera que voy a perder, será pronto y lloraré, y tú me consolaras.
Yo, tendré que aprender a volver a querer, pronto, a dos más, y tú me ayudaras, a que no sean ni dioses ni reyes.
Escribo para ti, y a veces me pierdo en mí, me voy a Libia y a Japón, descubro hermanos, con letras que parecen goletas, surcando el mediterráneo, escribo de fútbol, de política, de memorias de izquierdas, de tejados, de dios, de la eternidad, y te pierdo de vista, en una niebla de papel.
Y te persigo, como disparando plumas, esperando el momento oportuno para tu lectura, exigiendo una palabra, luego dos, después muchas más de tres, sin verte, sin dejarte ser.
Pero tengo miedo a perderte, a no verte en el cielo, en la luna, en un bosque, en un mar de grupas, a no verte en mí en el espejo, en sueños, y te vuelvo a envolver en letras de ida y vuelta, siempre conmigo de protagonista, en la cocina.
Y como siempre, espero una palabra o dos, y nunca serán suficientes más de tres, aunque al final como siempre, me conformo con un guiño o una mirada, con un susurro o una caricia, no necesito ni siquiera un beso, conservo un frasco lleno de lagrimas.
Mañana volveré a verte emborronada, envuelta en letras.
Remite: Siempre tuyo
PD. : Como ser un rio de palabras, como mirar, recitando.
PD. : Como ser un rio de palabras, como mirar, recitando.
Esta carta tiene destinatarias,
ResponderEliminarno necesita entregarse,
las notas al margen,
seguro que tendrán,
más de tres palabras.
De alguna manera.