Breve Bienvenida

Breve Bienvenida

Estimado Lector:

Es un placer recibirte:


Siempre eres bienvenido en esta casa, que intenta esperarte, ávida de letras, de tintas, de papel, de ideas, de cartas...
Si de tu lectura nace el impulso de responder con algunas
palabras, solo te pido, que lo hagas en formato de carta.
No cuesta mucho, solo tienes que escribirte a ti, o a tu
amad@ ficticia, o a tu amig@ perdido, o a tu hermana...
a un destinatario al que no encuentras... puede ser incluso Dios... El Universo.
Del reparto se encarga "El Cartero", a tus letras, siempre responderá en sus notas al margen.
Deseando volver a verte... Con pena me despido de ti, estimado Lector/Escritor.
Tuyo siempre: "El Cartero"
Pd: Estoy deseando compartir esta carga


12 abril 2012

Querido Alter Ego:
Pienso en ti de noche cuando me dejan, y algunos ratos de día. Me viene a la cabeza la melodía de goteras, la imagen de esa niña bajo la lluvia mirando a un horizonte gris, con una bufanda verde enredada en su pelo al viento, al borde de su propio precipicio.
Recuerdo unos tulipanes pisoteados por un gigante, un atropello a la japonesa, con mucha luz, una perlas ensartadas por un dios con gafas, una sirena rodeada del mayor tesoro posible, el cofre del mejor poema escrito con títulos de libros, los viajes a Bilbao y a Praga, los anillo y su reloj de arena, Sondrina, la Yaya Marisca, la mujer mariposa...
El gran descubrimiento, la ciudad del perpetuo retroceso, donde la flores marchitan antes de nacer, su Escriba, su reino lleno de esperanza.
Un tren con capítulos llenos de deseo, de ganas de vivir multiplicando, de orden en desenfreno, de vías recorriendo estaciones de Arte.
Pienso en ti cada vez que empuño una espada cargada de tinta o un lápiz que busca que oigas su voz, o consigo que todos mis dedos acierten cada uno en su tecla, para contarte que pienso en ti, más allá de lo que reflejan tus letras.
Que sin las tuyas la mías se callarían, probablemente para siempre, de noche y de día.
Escritos, Historias, Noticias, Vagabundos y la poca Cordura que me queda, perderían la esperanza de algún día recibir una carta, escrita con letras adornadas con dibujos, perpetradas a lápiz en un cuaderno, recitadas al aire para que las entregue a su destinatario.
Sin estas letras, las otras perderían su poco espacio, con el tiempo.
Por eso pienso en ti, como esa parte de mi en inestable equilibrio, que sustenta una catarata de vida a través de unas líneas.
Te escribo tanto que a veces las letras no me dejan verte, en mi reflejo.
Quiero seguir pensando en ti cuando me dejen de noche y algunos ratos de día.
Entrega por mí esta carta, querido Cartero.
Solo confío en ti para esta tarea.

Remite: S/Rmte.

1 comentario:

  1. Cartero, gracias.
    Pero debes esperar mi respuesta y entregarla, sin falta, cuando menos lo espere. Así se hará sorpresa en sus ojos.

    A la zaga del tren, ahí sigo.
    Entreteniendo mis horas entre letras desordenadas, cartas desparejadas y estruendos en el firmamento. Entre rosas algo marchitas y la brisa incendiara de algunos dragones.
    ¡Qué lejos estás y, a la vez, qué cerca te tengo!
    Vagabundo que aparece y desaparece en la estela del café recién hecho, revolviendo cordura entre el azúcar refinado. Sondrina te nombra al servir el zumo en vaso largo, obturando el diafragma de su cámara al son que más le brilla.
    Y al recuperar tu sonido, las flores me inundan la mirada, los cerezos me cobijan y el punto japonés baña de rojo la pasión desparramada por el papel de carta.
    Abrigarme la esperanza con el rasgueo de tu pluma y soñar que volveré a dónde lo dejé, al lugar dónde me aguardan tantas vidas ejemplares, y que tú has dado forma al leerlas en voz alta.
    Late fuerte el reloj de cuerda, nunca dejó de hacerlo aunque yo dejara de oírlo. Y por ello la razón de mis desvaríos te pertenecen, de loco a loco.

    Las mariposas me indican cómo llegar hasta ti, subidas al ritmo frenético de mi cuaderno de dibujo. Te prometo su color.

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